El estrés y la ansiedad son dos términos que, a menudo, suelen confundirse. Si se los analiza al detalle se puede notar que uno y otro se relacionan, pero a la vez muestran claras diferencias. En este artículo ahondaremos en ambos para poder identificar las diferencias.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad guarda síntomas similares al del miedo. Se trata de un trastorno que surge al anticiparse a peligros futuros que pueden o no llegar a pasar. Es un estado de angustia que provoca síntomas físicos y emocionales en el individuo que la padece aunque no exista ante él un peligro real: “(…)la ansiedad alude a un estado de agitación e inquietud desagradable caracterizado por la anticipación del peligro inminente (…).” (Revista Mal-Estar e Subjetividade, 2003).
Según el Instituto de Salud Mental de los EE.UU (2009), si bien los trastornos de ansiedad pueden manifestar diferentes síntomas, estos siempre están relacionados con un temor irracional excesivo.
La ansiedad puede presentarse en diferentes niveles. Cuando un sujeto padece trastorno de ansiedad generalizada, esta puede manifestarse físicamente en la forma de dolores de cabeza, contractura, etc. Incluso, si la ansiedad es mucha pueden evitar visitar ciertos lugares o tomar ciertas decisiones (Pastrana, s.f.).
¿Qué es el estrés?
El estrés, en contraste con la ansiedad es un problema común del ser humano que suele aparecer ante situaciones de cambio. Una característica propia del estrés es sentirse presionado ante un determinado escenario. Según una publicación de la Revista Mal-Estar (2003) las experiencias estresantes proceden de tres fuentes: el cuerpo, el entorno y los pensamientos.
Similitudes entre la ansiedad y el estrés
Una situación estresante (como por ejemplo, hablar en público), puede causar ansiedad, según el Instituto de Salud Mental de los EE.UU (2009), sin embargo, esta suele ser del tipo transitoria, cuando esta ansiedad se prolonga por más de seis meses ya se hablaría de un trastorno de ansiedad más allá de la situación estresante que ocasionó el primer episodio ansioso.
Un tipo de ansiedad es el estrés post traumático. Y consiste en revivir el trauma ante situaciones que recuerden tal incidente: fechas, lugares, etc. No se puede hablar propiamente de estrés porque surge a partir del miedo ante el inminente peligro de repetir situaciones pasadas traumáticas e impide a los sujetos reaccionar e incluso pueden desconectarse de la realidad al tener una escena retrospectiva (Instituto Nacional de Salud Mental de los EE.UU, 2009).
Diferencias entre la ansiedad y el estrés
Una clara diferencia que existe entre la ansiedad y el estrés es que la primera surge sólo en situaciones que son interpretadas subjetivamente como peligrosas; mientras que en el segundo puede aparecer tanto en una situación negativa o una situación positiva; de esa forma se puede sentir estrés de mudarse a un nuevo hogar, pero no necesariamente ansiedad.
Se puede decir que mientras que en el estrés los procesos fisiológicos serían los principales detonantes, en el caso de la ansiedad esta tendría como detonantes aspectos subjetivos.
Otra distinción entre ambos trastornos es el carácter “anticipado” de la ansiedad, es decir que esta surge incluso antes de que el hecho, identificado como “peligroso” se dé, en el caso del estrés surge por un cambio que ocurre en el momento.
Cómo combatir el estrés y la ansiedad
Ambos problemas son tratables. El estrés puede ser tratado a través de una buena alimentación, actividad física y apoyo social; por otro lado, en el tratamiento de la ansiedad, dependiendo del tipo de trastorno que se padezca, podría requerirse en ocasiones medicación además de psicoterapia y debe ser evaluado por un especialista. Como por ejemplo, es conocido los beneficios del consumo de vitamina B, para combatir el estrés, el que hoy podemos encontrar como complejo de vitamina B, esencial para la función del sistema nervioso sano. Clínicamente probado para reducir los cambios de humor y los síntomas asociados al estrés.