El estrés es un mal de nuestros tiempos que afecta a las personas en algún momento de su vida. Este no es exento de la población joven ya que aquella también tiene que hacer frente a responsabilidades que pueden ocasionar estrés. En poblaciones en edad escolar se da lo que se conoce como estrés estudiantil que se define como: “aquel que se produce en el ámbito educativo y afecta a los estudiantes de cualquier grado” – García y Escalera, 2011.
Reconocer el estrés es la clave para afrontarlo
Según la Guía para el Manejo del estrés estudiantil, las personas que son capaces de identificar los signos del estrés, tienen un mejor manejo de su condición y es que tienen la facultad de diseñar estrategias que les permitan dar frente a los factores que reconocen como estresantes.
Hacer una lista puede ayudar mucho a que cada persona que esté estudiando pueda identificar aquellos factores que le causan menor, mayor o ningún estrés. Incluso se podrían colocar puntos del 1 al 5 para valorar el grado de estrés que causa una determinada tarea.
¿Cuáles son los signos del estrés estudiantil?
La sintomatología del estrés estudiantil no difiere mucho del estrés en general, lo que varía es el factor estresante. Los signos del estrés estudiantil se pueden clasificar en cuatro grupos: los físicos, cognitivos, emocionales y conductuales.
Respecto a los físicos se pueden identificar signos como la elevación de las pulsaciones, trastornos digestivos, erupciones cutáneas, etc. En cuanto a los cognitivos, están los problemas de concentración, dificultad para retener información, entre otros. La ansiedad, irritabilidad, cambios de humor, ingresan dentro de los síntomas emocionales; en relación a los conductuales, uno de los más comunes es el insomnio así como las conductas compulsivas.
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Medidas para hacer frente al estrés estudiantil
Según un estudio hecho por García, Gómez, Kogiso, Mastashe y Velásquez, practicar deportes y escuchar música son dos métodos que contribuyen a reducir el estrés en la población estudiantil. Esto se debería a que la música contribuye a disminuir los niveles de cortisol, hormona relacionada al estrés; mientras que el deporte, ayuda a elevar los niveles de endorfinas que actúan como analgésicos naturales.
Evitar el consumo de alimentos no saludables también sería una forma de combatir el estrés. Así lo demostró un estudio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde se puso en evidencia que el estrés de los estudiantes de la Facultad de Medicina estaban en estrecha relación con sus hábitos alimenticios, los cuales incluían el consumo de snacks, dulces y bebidas azucaradas industrializadas.
Frente a lo anterior, es mejor mantener una dieta saludable rica en frutas y verduras para lograr disminuir los niveles de agresividad y estrés en los individuos. Este grupo alimenticio contiene vitaminas y minerales que refuerzan el sistema inmunológico y ayudan a mantener la presión arterial saludable.
En cuanto a las mejores vitaminas y minerales para el estrés, según Hernández y Cué, se ha comprobado que las vitaminas del complejo B, así como la vitamina C, E, el ácido fólico y minerales como el hierro y el zinc son útiles para combatir este mal moderno. Estas muchas veces no se adquieren a diario por malos hábitos alimenticios, por lo que el consumo de suplementos alimenticios, como NAT B, pueden ser la solución para hacerle
frente al estrés académico.
Fuentes:
